miércoles, 23 de junio de 2010


¿Silvio o no Silvio?

¿Que Silvio se retira? Yo pensaba que ya no tocaba. Claro, porque cuántas veces he escuchado sobre su salida, miles. El problema es que ya no hay tema, no que no tenga más temas –aunque es bastante probable-, sino que ya no tiene de qué hablar, ya no tiene motivos de aparición pública. Vale decir, no hay más forma de hacer populismo.
Que démosle con la pena de muerte, no, mejor hagamos un hincapié en el asunto y pensemos un poco mejor. Que apoyamos la revolución, no, mejor no porque ya no hay revolución y el revolucionario está loco y su hermano revolucionario ya no es revolucionario, por lo tanto tampoco el cantante.
Que los Estados Unidos son el diablo mal oliente a azufre. Eso tampoco, parece que no son tan feos, así como tampoco lo son los contra castristas que se hospedan –no soy siútico en usar esa palabra- en Orlando o Miami. Así como tampoco es la gira de un revolucionario cubano por dicho país, que perdió su lápiz azul en la antigua Cuba, esa que daba argumentos para seguir hablando detrás del cuerpo protector de Fidel, el que le aseguraba que nunca correría riesgos en su vida, la cómoda vida de Silvio.
Que me retiro y que no. Aún no lo sabe.
Silvio Rodríguez sí se retira, pero no sabemos por cuánto. La publicación apareció en el Orlando Sentinel, misma ciudad de la que se retirará con un último concierto el….., tras haberse lucido predicando la lucha, esta vez de los antiguos rivales, en modernos centros de New York y Oakland, Los Ángeles, San Francisco y Washington DC, todos con cerca de tres mil yankees aclamándolo no sé por qué.
Quizás el compañero Rodríguez se pegó la cachá de que estaba puro tonteando con don Fidel y su dictadura socialista. Pero sería injusto proclamarlo como gran trovador –cierre de la ironía-. Es por eso que su retiro puede tener merecida aprobación masiva.
En cuanto a la noticia misma, según se lee del diario floridano, Silvio, de 63 años, tendrá su último concierto en Orlando y después de eso, podrá dedicarse a su familia y a la composición, que es lo que según él mismo dijo a la agencia EFE en el 2008, “Es lo que más me gusta de la actividad que realizo".
Que el concierto sea en Orlando tiene sus observaciones no menores. Primero, es raro que sea en EE.UU, pero eso no se puede interpretar tan pronto y menos si no lo conozco. Lo segundo es lo más conflictivo. "Rechazamos su presencia porque para nosotros su misión no es artística sino política (…) Silvio Rodríguez es un funcionario del gobierno cubano, que lo utiliza como miembro de su aparato ideológico”, dijo el director de Plantados, la organización de exiliados políticos, Ángel de Fana a la AFP.
Sea como sea, Silvio se retira, pero ¡hey, por ahora!, sin embargo no lo hace en buena hora, precisamente hoy día no es el compañero Silvio.

lunes, 14 de junio de 2010


La postal de bienvenida pareciera nunca acabar. Son 600 metros de asfalto quebrado los que hacen de entrada a Pelluhue, un pueblo costero ubicado en la Región del Maule, arrasado por las olas en un reciente tsunami que acabó con la caleta de Marisqueros, principal fuente de ingreso del lugar.
A los costados de la carretera se ven casas partidas en dos, microondas, televisores rotos, tijeras, peinetas, ropa esparcida por cualquier lugar. 50 metros después, lo que antes era un pequeño estadio de fútbol, esta vez sirve de botadero de embarques que fueron arrastrados por olas de hasta 13 metros. Ahí, entre medio de los escombros, un grupo de niños perseguidos por un pequeño quiltro negro, juegan a pillarse, como si nada malo les hubiese pasado, como si no supieran que esta noche deberán dormir en carpas, esperando que lleguen las mediaguas de tres por seis metros, que reemplazarán sus olvidadas casas pesqueras, donde sus madres vendían pan amasado y pasteles, y donde sus padres llegaban cada tarde desde la caleta, con alguna reineta o pez de roca para la comida.
La camioneta en la que viajo no se detiene nunca. Arriba vamos un grupo de ocho voluntarios con palas y picotas. Nuestra misión es limpiar lo más rápido posible las casas que aún quedan paradas. Atrás de nosotros, en un segundo auto, van cuatro mujeres, cuya misión es distraer a los niños de Pelluhue con juegos, actividades, cine en la plaza y fiestas de disfraces. Sin embargo, algo me dice que su tarea no será de urgencia, que la distracción ya está inserta en ese grupo de pequeños que corren con una risa eterna, algunos con un pan a medio morder y otros sacando las pulgas de mar que sobreviven al costado de la calle, en uno de los miles de charcos que dejó el mar. Tras ellos, como telón de fondo, se ve el humo de quema de basura, son diez fogones repartidos por la caleta, en la playa, en lo que alguna vez fue un parque o cancha de básquetbol. En el final de la carretera, o lo que queda de ella, hay dos carros de bomberos que reparten agua todas las mañanas y tardes. Y casi no se ven árboles, solo arena negra esparcida entre madera quebrada.
Cuando finalmente llegamos al sector más afectado de Pelluhue, un gordo de larga barba negra y tapizado en piercings nos recibe con los brazos extendidos, como si esperase con ansias nuestra llegada, como si aquí viniera la solución que tanto esperaron durante dos semanas. Ramón nos habla de que pese a haber perdido su casa y su auto, su “reconciliación con Chile” le ha ayudado, dejó de lado los prejuicios y dice que conoció la solidaridad de los chilenos y de los países, cuyas tropas militares llegaron al Maule para solidarizar.
Esa mañana nos encargamos de quitar los escombros que cercaron las calles, habilitamos otras casas llenas de jaibas, basura, arena y algas de mar, ayudamos en el traslado de comida para la zona que administra Ramón, donde junto con nosotros, otro grupo de voluntarios termina de instalar los pilotes que darán paso a 30 mediaguas.
El sol se esconde en el mar, dejando una extraña combinación de colores naranja en el cielo y gris en la tierra. Las cuatro mujeres que nos acompañaron en el viaje han vuelto y junto con ellas, una gran masa de niños que ronda entre los cinco y nueve años. La risa en ellos es la misma que en la mañana, la diferencia es que ahora sus caras están pintadas, con narices y bigotes de gatos y un dulce en la mano. La pelota también les sigue y es perseguida por un par de chicos que usan a la gente que se les cruza como rivales a los que hay que eludir para hacer el gol.
De pronto, del grupo de gente aparece un pequeño de seis años comiendo una galleta y sosteniendo con su mano derecha, una armónica que rescató de entre las ruinas. Su pelo rubio reluce a pesar de que la cara la tiene sucia y su cuerpo lleno de arena y migas de la galleta que mastica esporádicamente. Cada cierto tiempo le da una soplada al instrumento.
-Quiero ser músico -me dice como si llevásemos un largo rato conversando, quebrando el silencio.
-¿Ah sí? Eres bueno para la armónica –le mentí.
-No. Yo sé que no, pero me gustaría aprender.
-Lo que pasa es que no solo tienes que soplar, prueba también aspirando.
El pequeño, de grandes ojos azules, intentó lo que le aconsejé y notó que dio resultado. Se detuvo como pensando que descubrió algo valioso, me miró unos segundos y se largó a correr llamando a su mamá, corriendo descoordinadamente hacia su carpa, dando saltos y tocando la armónica en su nueva forma.
Aquel niño del que nunca supe su nombre, estaba feliz, había descubierto una nueva entretención, su carrera como músico comenzaba a realizarse porque ya había aprendido lo suficiente como para seguir tocando por meses hasta recibir un nuevo consejo.
Al subir a la camioneta noté que sin ser músico, mi ayuda en Pelluhue comenzaba de buena manera. Sin cavar mucho con la pala, ya había ayudado a una persona, había hecho feliz a un niño, cuya inocencia nunca tomó las dimensiones del tsunami que acabó con su casa.

jueves, 3 de junio de 2010

¿अहोरा sí? नो क्रेओ.


Es raro pensar que solucionar un problema personal sea misión de todo un país. Es patudo pensar que el presidente Piñera tiene a gente de su gabinete trabajando en ello. Es como si cualquier jefe de empresa tuviera a su personal dispuesto a solucionar la nueva compra de su Audi A3. Aunque eso bien lo puede hacer en una secretaria.
Como sea, si nos ponemos un poco falaciosos, sacando algunas concluciones, entendemos que la secretaria de Piñera es Hinzpeter, y como él es el Jefe de Gabinete, entonces es la secretaria mayor de toda la tropa de ministros, o personales del “Ministerio de Secretaría y Ocupación Presidencial Personal –MSOPP. Suena lindo-”.
Hoy día surgió nuevamente el tema de la venta de Chilevisión y Rodrigo Hinzpeter, en un acto de compromiso y honestidad con el país, recalcó que pese a que la venta del canal no ha sido concretada aún, el Presidente Sebastián Piñera tiene un compromiso con los chilenos, que piensa cumplir cabalmente. Si bien un compromiso sería preocuparse de la educación chilena, donde los estudiantes chilenos de octavo básico solo saben lo que uno de sexto, o de la salúd y el procesamiento judicial, para el presidente, “pensar en cumplir un compromiso” personal, pareciera ser más importante –de ahí el individualismo político-. Es como si yo, como presidente de empresa, estuviese comprometido a efectivamente vender mi BMW Z3 clásico, en vez de subir sueldos u otorgar premios por buenos resultados.
Ahora bien, retomando la “noticia”, respecto de la todabía no venta del canal, Rodrigo Hinzpeter dijo a Radio Agricultura que “Ojalá no se haga utilización política porque se está dañando a la Presidencia de la República, el Presidente ha sido muy transparente en esta materia, siempre ha dicho de cara cuál es su decisión y está comprometido con la venta del canal". Impresionante.
Esta última actualización del eterno caso surgió luego de que Linzor Capital Partners, en manos de Tim Purcell, Alfredo Irigoin y Carlos Ingham, se negara a la compra de Chilevisión por motivos de conseción del canal, en cuanto a que aún pertenece a la Universidad de Chile y lo seguirá siendo por los próximos ocho años, tiempo en el que tendrá la posibilidad de renovar por 25 años más, hecho que torna un poco compleja la situación.
Concluyendo, en la misma radio, el ministro hizo un llamado a la Concertación: "generosos políticamente con una decisión que no depende de él -Piñera-, porque la está tomando un tercero. Esto demuestra que no es como vender una camisa". Claramente que no don Rodrigo, y más aún considerando que no se vende una camisa debido a que nuestro Presi pretende vender su canal en 100 USD$ más de lo que realmente cuesta, hecho que a retrasado la compra de CHV, situación que a su vez impide al Presidente designar el nuevo directorio de TVN, lo que es para el canal público una merma en la competencia televisiva y por ende, al ser menos el dinero que ingresa a TVN, más es el excedente para su competencia, vale decir, Chilevisión. ¿Lindo o no?