jueves, 30 de octubre de 2008

La web 2.0


Seremos web.


-Tienes pensado un buen proyecto.
-¿Qué?
-Puta no se, algo pa ganar plata.
-Mmm, la web.
-¿Qué pasa con la web?
-La web po hueón, el campo a explotar es la web.
-¿Y cómo nos organisamos?
-Con la web.
-¿Teni la capacidad de comunicarte? ¿O es muy difícil pa ti?
-Mmm. ¿Te tinca que lo hagamos por la web?

Definitivamente el futuro tiene que ver con la web. Sí todo el futuro, todo lo que quieras. De aquí a un par de años, el mercado meta a innovar, las comunicaciones, el ocio y la entretención. Todo será la web.
La periodista Paloma Baytelman es una de las primeras profesionales en dedicar su vida laboral a Internet. Argumenta que la web 2.0 es una predicción de lo que será el futuro cibernético. Ella apuesta todas sus cartas a este campo laboral.
Paloma viajó a Nueva York, para ser parte de la Expoweb 2.0. En dicho evento, ella aprovechó de hacer un nuevo espacio a su medio televisivo Paloma TV, donde se ve a los grandes exponentes de la Internet. “Buscamos gente innovadora”, grita para la pequeña camarita de Paloma, Tim O`really, fuerte impulsor del softwear libre.
Así como Paloma TV, todo lo que respecta a ella en cuanto a la web, ocupa su nombre. “Intentamos dar a conocer la web en el Congreso, no de forma obligatoria, pero sí creo que es importante que se le considere, ya que este medio será la gran forma de comunicarnos…Los futuros de Chile, los pingüinos, ya vienen con este aprendizaje y su forma de comunicarse es a través de la web”.
Definitivamente es lo que la gente está haciendo. Tu identidad serás tú en Internet y esa identidad ya no será privada.

martes, 28 de octubre de 2008

El "Tiburón" Contreras

Hace dos años escribí mi primer reportaje interpretativo con algún grado de éxito. Esta aventura -llena de errores de redacción y falta de vocabulario de un típico mechon, no extremadamente destacado- que se inicia en Valparaiso, tanto para el pequeño reportero como para el protagonista de la historia, tiene el encanto de ser el primer trabajo hecho con dedicación para una familia tan acogedora como su humilde casa porteña, o sea, los Contrera.

Esa mañana de verano, Víctor tenía tan solo 12 años de edad y como ya era de costumbre, se preparaba para tirarse al mar desde el Muelle Prat. Se levantó temprano, tomó una leche, se comió un pan y sin ducharse, ni mucho menos arreglarse, salió corriendo desde su casa en Valparaíso.
- ¡Salte del agua cabro oh! -le gritaban dos pescadores que volvían en su bote. Sin embargo, Víctor no escuchaba nada, seguía braceando torpemente a mar abierto.
- ¡Por la chucha, salte del agua pendejo! -insistían los pescadores, pero Víctor seguía en lo suyo. Sin más opciones, el bote se acercó al pequeño nadador, uno de los dos hombres lo agarró del brazo y lo sacó del mar.
- ¿Por qué no hací caso cabro mierda?
- ¿Caso de qué?- preguntaba Víctor.
El otro pescador, con una risa de alivio, apuntó con el dedo una parte del mar. Víctor miró y se dio cuenta de lo que le decían. En el mismo lugar donde él nadaba, estaban dando vueltas nada menos que tres tiburones, dos chicos y uno más grande. Fue en ese minuto, cuando el hombre que lo había sacado del mar le dijo: “ya tiburón, te vamo a llevarte de vuelta al muelle”.


Tomé el metro en dirección a la estación Universidad de Santiago para tomar el primer bus que saliera a Valparaíso. A pesar de que la primavera recién comenzaba, el calor era de verano, los pantalones se me pegaban al cuerpo y transpiraba mucho.
Llegué al Terminal de buses y compré un pasaje en un bus Pullman clásico. Me senté en un asiento de la mitad, pegado a la ventana. Casi nadie viajaba ese día, desde mi asiento miraba los andenes y no había mucha gente, incluso pude ver solo a un vendedor de diarios, de esos que se suben a los buses. Otro que vendía cuchuflis estaba sentado a la sombra, con su gorro en la mano, no paraba de sacarse la transpiración de la frente. Así, con unos diez pasajeros, el chofer del bus prendió el motor y empezó el viaje. Traté de leer, pero me quedé dormido cuando no llevaba ni siquiera una página del libro. Cuando me desperté, ya habíamos llegado al Terminal de Valparaíso, el día estaba horrible, el cielo gris y yo solo andaba con una polera de manga corta, pantalones y un poleron de verano. Llevaba solo una mochila con un cuaderno para anotar, un libro que se llama “El viaje del Brendan” y cinco mil pesos para el pasaje de vuelta y para comer algo por ahí. Me bajé y salí rápidamente a preguntar por la Municipalidad (yo creía que ahí me podían dar la dirección de la casa del “Tiburón” Contreras). Le pregunté a un taxista viejo, que me dio una indicación a la cual seguí al pie de la letra, pero que sin embargo no me llevó a donde yo quería, sino que al Teatro Municipal. Entre risa y rabia seguí caminando, las calles estaban colapsadas por escolares, eran las 13:15 hrs. y al parecer los colegios salían más temprano ese día. Le pregunté por la dirección de la Municipalidad a una vendedora callejera, extremadamente gorda y vieja, ella me mandó de vuelta al lugar de donde yo venía. Ya había caminado un buen tramo y le pregunté a un hombre de unos cincuenta años.
- ¿Para qué quiere ir pa´ allá? -me preguntó de vuelta.
- Necesito saber dónde queda la dirección de la escuela de nado “Los Delfines”.
- Ah! Donde trabaja el tiburón. Yo soy amigo de él, pero a esta hora él está en su casa pue. ¿Quiere la dirección?
No lo podía creer, tan solo una cuadra antes de la esquina entre Avenida Colón y la Avenida Argentina estaba la casa de Víctor “Tiburón” Contreras, al lado de una vulcanización, era una casa gris, colonial, bastante humilde y antigua, de esas casas pareadas y angostas. Entonces me acerqué a la puerta y toqué. Rápidamente me abrió una señora de unos cincuenta y cinco años, llevaba puesto un chaleco café y una falda larga. Era un poco baja, con ojeras marcadas, pero con una cara que demostraba entusiasmo, se veía muy simpática.
- ¿Diga?
- Buenos días. ¿Está don Víctor?
- Sí, lo llamo altiro. -y me hizo pasar mientras lo iba a buscar.
La casa era muy antigua, por lo menos así se veía, era de techo alto, un pasillo largo de madera que crujía en exceso, las paredes estaban decoradas con algunos calendarios que seguían marcando el mes de marzo y solo se podían ver las puertas de las piezas. Al rato aparece un hombre de casi sesenta años, muy bajo, de cara añeja, pero siempre con ánimo, piel morena al igual que su pelo, el que estaba peinado con gomina hacia atrás. Llevaba puesta una bata roja con negro, se veía que no tenía una polera debajo y caminaba con zapatillas de levantarse. Tenía una pulsera de oro en su muñeca izquierda que decía su nombre y caminaba con el pecho inflado, demostrando una actitud de superioridad y de un ser absolutamente soberbio.
- Cuénteme, ¿qué quiere?
- Quería hablar con usted, me interesa que me cuentes sobre el nado por el estrecho de Magallanes.
Me pidió que lo siguiera y me hizo entrar por una de las puertas del pasillo, la que daba con el comedor. El comedor era amplio, sus paredes celestes estaban decoradas con numerosos premios, medallas, recortes de prensa y miles de galardones por la trayectoria de Víctor como nadador. Mafalda, su señora, la mujer que me recibió cuando llegué a la casa, me ofreció un café mientras me sentaba en la mesa.


Víctor ha sido muy unido a su esposa, casi nunca está sin ella, sin embargo, ese día todo era distinto, esta vez la tuvo que dejar y por más de dos semanas. El almirante Merino que era el que estaba a cargo de la travesía, no había dejado que Mafalda acompañara a su marido, decía que podía arruinarlo todo en caso de algún accidente. Ella siempre decía que si veía a Víctor en un estado crítico dentro del agua, sería capaz de tirarse ella misma para rescatarlo, hecho que el almirante tomó en cuenta como excusa más que necesaria para dejarla en Valparaíso.
Víctor “Tiburón” Contreras llegó a Punta Arenas la noche del 3 de febrero de 1979 y durmió en una casa naval para que en la mañana siguiente fuera a conocer la zona donde partiría nadando hasta llegar a Punta Delgada, cruzando así el Estrecho de Magallanes.
La Escuela Naval lo llevó hasta Bahía Azul. El cielo estaba completamente cubierto por las nubes más negras que Víctor haya visto jamás, se amontonaban como pingüinos invernando, el viento corría hasta los 30 kilómetros por hora, la temperatura ambiente era de unos once grados Celsius y el agua marcaba tres grados.
El ambiente era novedoso para el Tiburón, era algo nuevo, era aterradora la emoción que tenía por tirarse al agua, pero no le aterraba que en pleno estrecho había un grupo de ballenas orca esperándolo.
Una vez estudiadas las condiciones, Víctor volvió a Punta Arenas para terminar con una semana más de entrenamiento. Su entrenador de natación era una pesadilla para él, era una especie de etiqueta que necesita todo nadador de mar abierto para hacer de sus travesías algo legal. Su nombre era Carlos Sala, era un viejo entrenador que estaba a cargo de mejorar la técnica de nado del Tiburón. Es verdad, el Tiburón estéticamente nadando era horrible, era como un gato chapoteando cuando cae al agua, no tenía nada de estilo, ni mucho menos una técnica adecuada, pues, desde los ocho años de edad en que empezó a nadar, nadie le había enseñado ni siquiera como bracear. Carlos sin embargo, no fue la solución al problema. Estuvo trabajando con Víctor en las piscinas de la Escuela Naval de Punta Arenas, paralelo al trabajo físico que el atleta practicaba con trotes y pesas. Pero no sirvió mucho más que eso.
En uno de los entrenamientos, el Tiburón salió al costado de la piscina para descansar, cuando se le acercó el almirante Merino con cara de preocupación y de desilusión.
- No podí nadar. -Le dijo con voz fría, pero débil.
- Jaja. Ahueonao.
- El hospital de Punta Arenas no dio el permiso, dijeron que no estás con las condiciones físicas necesarias.
- ¡Pero no puede ser!, ¡Hijos de puta! -Víctor no paraba de gritar, estaba exaltado y corrió a su pieza a vestirse para ir al hospital.

Finalmente, ni el almirante ni el nadador pudieron convencer a los doctores. La situación era crítica, los ánimos estaban muy bajos y caldeados, sin embargo, el Tiburón de la nada sacó una sonrisa.
- ¿Y a vo qué chucha te pasa que tai tan contento? –Le dijo Merino al ver la cara de felicidad de Víctor.
- ¡Gustavo Charme po huevón!
Gustavo Charme era un doctor de Valparaíso muy amigo del Tiburón Contreras y de Merino, por lo que ambos no dudaron en contactarlo a penas consiguieron un teléfono. Cuando hablaron con él, le pidieron de inmediato el certificado que dijera que Contreras sí estaba capacitado, física y sicológicamente, para cruzar el Estrecho de Magallanes nadando. El doctor respondió rápidamente y envió por correo la autorización médica al hospital de Punta Arenas.
El problema estaba solucionado y todo hacía prever que la hazaña llegaba a su punto de partida. Era un sábado 17 de febrero del mismo año, a las seis de la madrugada y Víctor “Tiburón” Contreras estaba precalentando en las horillas de Bahía Azul, su cuerpo lo habían cubierto entero con aceite de lobo y llevaba puesto solo un gorro, unos anteojos de agua y su traje de baño azul con rojo. El clima era frío, corría un viento fuerte, el agua estaba muy helada, pero el mar estaba calmo, lo que significaba que ése era el momento para empezar. Todo estaba listo, habían unos corresponsales de prensa, el lanchón de la Escuela Naval estaba ya encendido, con sus tripulantes arriba, incluido entre ellos al cuerpo médico de la municipalidad de Punta Delgada, el encargado de la declaración jurada, que finalmente dejó a Contreras cruzar el Estrecho, el señor Jorge Bertolucci y el almirante Merino, quién de repente gritó: “¡Al agua pato!” y Víctor partió.
En los primeros metros, con un horrible chapoteo, Víctor parecía dominar las corrientes que iban a su favor, se veía tranquilo, muy preparado físicamente, a pesar de su 1,64 m. de estatura y sus setenta kilos de más gordura que musculatura. Sin embargo, otro problema impidió el avance. Al bote de seguimiento se le encontró una falla en la proa, por lo que se debió tomar precaución y se tuvo que detener la prueba.
Cinco para las once de la mañana el bote estaba arreglado, ahora si que nada podía salir mal, ahora si que estaban todos listos y se escuchó de nuevo: “¡Al agua pato!” y Víctor se tiró. Con el mismo estilo poco ortodoxo, el Tiburón nadaba por el Estrecho de Magallanes. Sabía que en esas aguas podía morir de hipotermia, sabía que en ese mismo lugar, en el año 1974, un barco petrolero de 206.700 toneladas llamado “Metula”, había derramado 50.000 tn. de oro negro y había arruinado con eso, 150 kilómetros de costa chilena. También sabía que al lado suyo nadaban ballenas asesinas, que un diplomático había muerto a causa de un ataque producido por una de ellas, pero también sabía que la primera persona en cruzar el Estrecho de Magallanes a nado, era una joven norteamericana llamada Linne Cox y eso era lo que a Víctor le motivaba más. Él tenía que ser el primer chileno en cruzarlo, y más aún, por que ya había fallado otro chileno que había tratado la hazaña, un nadador de Puerto Aysen llamado David Savá. Pero no solo él era lo que más le importaba, sino que debía ser un chileno el dueño de sus aguas, tenía que haber un sello chileno. Era su amor por Chile lo que más le motivaba, y por eso viajó hasta tan lejos.
Víctor braceaba a mar abierto, cuando a los cuarenta minutos le dio un principio de hipotermia, estaba morado entero, entró en una especie de pánico y estuvo a punto de levantar el brazo en señal de agotamiento. Pero fue en ese minuto, cuando Merino le gritó: “¡Por Chile, mierda, por Chile. Vamos Chile, carajo!”, entonces el Tiburón peleó hasta el final, braceó, braceó, se olvidó del cansancio y sus espantosos chapoteos y la marea a favor, lo hacían avanzar a mucha velocidad.
Eran las 12:20 hrs. y Víctor “Tiburón” Contreras había pisado por fin la tierra del continente en Punta Delgada. Las promesas y esfuerzos ahora eran un hecho. La emoción, tal como su personalidad, fue poca. El almirante Merino gritaba con honor, en Valparaíso, Mafalda lloraba de orgullo y En la otra orilla, Víctor hacía ejercicios para no enfriarse.


- Chao don Víctor, un placer haberlo conocido. -Le dije al Tiburón mientras
Mafalda me iba a dejar a la puerta.
Mi visita a su casa en Valparaíso me dejó más que contento y satisfecho, me dejó un aire de tranquilidad. Me emocioné cuando estuve sentado conversando con Víctor y su señora, casi ni anoté en el cuaderno, solo me dediqué a escuchar todas las historias de un gran deportista que tiene Chile. Una persona fría, de pocas expresiones, poca emoción y nada de nostalgia al recordar todas sus proezas. Un hombre soberbio, pero no de esos que molestan, sino que de los que hacen reír. Una persona que habla lo que piensa y que se sabe todos los modismos y garabatos del chilenismo, un orgulloso de su país y finalmente, una persona con la que creo que establecí una relación cercana.
Antes de que me fuera, el Tiburón y su señora, me invitaron para siempre a su casa, me dejaron las puertas abiertas.

Periodismo actual

Los medios de la NO comunicación.

No hay que escarbar mucho para darse cuenta del momento que cursa nuestro periodismo actual –ojo, quizás sea yo el mal futuro periodista-. Para eso, voy a citar sólo algunos ejemplos.
Portal Terra, 8 de octubre de 2008. Su comunicador nos cuenta de “la persecución que realizaron patrullas de Carabineros para lograr darle alcance al automóvil en que huía la banda de delincuentes”. Quizás haber dicho solamente “alcanzar” en vez de “lograr darle alcance” hubiese sido muy poco periodístico. Tal vez yo estoy mal y lo que el periodista realmente quería decir es que la patrulla de Carabineros quería darle una cuota de acercamiento –que se yo, con una cuerda o un látigo de uso automovilístico- para ver si los ladrones aceptaban el reto de realizar una persecución más emocionante, estando más cerca de sus perseguidores.
Canal del Fútbol, 5 de octubre del mismo año, luego del partido en el que Colo-Colo le ganó a la Universidad de Chile, no en el cotejo en el cual la escuadra alba dio cuenta del conjunto estudiantil, o sea, los pupilos del estratego Arturo Salah. Tras el término, el periodista del canal le pregunta a un jugador de la “U”: ¿Cuál es su sentimiento de frustración luego de la derrota? Qué raro, si el reportero ya sabía cual era la respuesta, entonces ¿para qué hizo la pregunta?
Portal Terra, 12 de octubre de 2008. Otro de sus comunicadores nos informan lo siguiente: “Martín Demichelis y Javier Mascherano terminaron tocados y hoy domingo no sesionaron con normalidad en el predio de Ezeiza”. Mmm no sesionaron, no sesionaron, no sesionaron… ¡ah, lo tengo! Debe ser que no entrenaron, claro eso debe ser. Veamos, aun me queda otro escoyo para entender este comunicado -¿comunicado?-. Predio de Ezeiza… Sé que Ezeiza efectivamente tiene algo que ver con Argentina, su aeropuerto se llama así, pero por qué predio. No lo sé con claridad, pero predio de Ezeiza debe tener algo que ver con el lugar de entrenamiento de la selección de Fútbol, porque predio es como una propiedad, pero de quién. Mmm no, no me pude informar.

El periodismo actual no es malo porque sí, es malo porque lo compone gente que repite lo que ya mil veces se ha dicho y de la misma manera. Salvo en el periodismo de investigación escrito, del resto nadie se salva. La vos en off de las noticias de televisión parecieran estar cantando algún ritmo del cuartel de Carabineros de forma tan ridícula y vergonzosa, que hasta podría llegar a empatar el uso de la lengua castellana que le dan comentaristas, relatores, animadores, redactores y lo peor, editores de los medios. El invento de palabras y frases rebuscadas, son el condimento preciso como para poder ser parte de cualquier informativo.
Por otro lado, la prostitución del periodismo con la industria medial. Por ser los primeros de la competencia, por tener primeros la noticia, los medios son capaces de dar información con un 20% de certeza sobre una niña presuntamente muerta tras el accidente de Putre –Canal 13 informó que eran 10 niñas muertas. Todo el mundo se preguntaba quién diablos era la décima. Nunca la hubo-.
Que la noticia de un día entero sea que Mauricio Pinilla estuvo un par de horas con Coté López en un motel, que no se supo por 4 horas de la existencia de Marcelo Bielsa en Ecuador o que en pleno noticiario, absolutamente todos los periodistas deportivos de su opinión acerca de que Zamorano esté comiendo porotos con rienda tres veces a la semana en vez de dos. Para mi eso es crisis periodística. Para la gente que leyó estas líneas: Si comprendió mi punto de vista y lo comparte, entonces sabe cuál es mi punto de vista frente al periodismo actual. Si no logra entenderlo, debe saber que es parte del periodismo actual.

martes, 14 de octubre de 2008


http://www.elmostrador.cl/:
Esperando el momento preciso para picar

Son pocas las veces en que jugando por el Inter de Milán, Luchito Jiménez puede ganarle un puesto en la cancha a Dejan Stankovic, Luís Figo, Esteban Cambiasso o al brasileño Adriano. Pero a menudo lo hace. Tal como lo hizo la temporada pasada, al meter 3 goles en dos semanas. Por esos días, aquel eterno reserva se ganaba las portadas de los diarios italianos.
Algo parecido pasa con un destacado, pero no muy popular medio de Internet. El Mostrador.cl, si bien no es uno de los portales más importantes del país, sí ha hecho noticias destacadas, donde apenas se dan a conocer, el medio tiene la obligación de publicitarse como la fuente que descubrió tal acontecimiento o hallazgo noticioso.
Descubrimientos como el uso de un vehiculo fiscal que ocupaba la ex subsecretaria de Transportes, Elinett Wolf, para vender frambuesas. O las declaraciones nazis del fiscal Hernán Silva y su posterior desaprobación respecto de su participación en la Corte Suprema, son dos ejemplos que mantienen en competencia, o al menos en consideración, a este medio frente al mercado mediático.
Los integrantes de El Mostrador saben que lo primordial en este minuto, intentar ser pioneros dentro del acontecer nacional. “En Internet no importa tanto la plata sino que importan más las ideas… En Internet pasa que una persona puede competir con muchas personas por una misma reputación o por el mismo nicho”, comenta Miguel Paz, uno de los periodistas de dicho medio.
Además, Paz dice que El Mostrador es el sitio más serio en el que ha trabajado, porque “es un medio justo. Avisamos a todas las posibles fuentes, qué es lo que pasa. A todos se les considera antes de redactar una noticia”.

jueves, 9 de octubre de 2008


¡Pa la casa!

Entrevista a un tal Jean Paul Sartre respecto del resultado de las visitas de mi blogspot, que al cabo de un mes alcanzaron una increíble estadística de cero. Sin embargo esto tiene una explicación, explicación que resultaría ser más grabe que ser un antisocial con cero visitas. En un principio pensé que mi error era escribir a la nada, pero aun siendo de esta manera, se hace algo. Por conclución, el error está en equivocarse.

¿Por qué precisamente escribir?
Es que, detrás de los diversos propósitos de los autores, hay una elección más profunda e inmediata, común a todos. Vamos a intentar una elucidación de esta elección y veremos si no es ella misma lo que induce a reclamar a los escritores que se comprometan. (Respuesta exageradamente in entendible).

¿De qué manera nos podemos expresar?
El hombre es el medio por el que las cosas se manifiestan; es nuestra presencia en el mundo lo que multiplica las relaciones; somos nosotros los que ponemos en relación este árbol con ese trozo de cielo; gracias a nosotros, esa estrella, muerta hace milenios, ese cuarto de luna y ese río se revelan en la unidad de un paisaje; es la velocidad de nuestro automóvil o nuestro avión lo que organiza las grandes masas terrestres; con cada uno de nuestros actos, el mundo nos revela un rostro nuevo. (Claramente no soy un hombre).

Querido Jean, al parecer yo no llegaré nunca a organizar grandes masas. Esperé como un mes en conocer los resultados de las visitas de mi blog, sin embargo anoté mal la dirección, por lo que tendré que esperar otro mes más.
Pero, si sabemos que somos los detectores del ser, sabemos también que no somos sus productores. Si le volvemos la espalda, ese paisaje quedará sumido en su permanencia oscura.

Explicate
No seai hueón. Eres futuro periodista y por lo tanto un comunicador, por ende no te podi equivocar en anotar una URL. Si lo haces ya no estás comunicando, por lo tanto ya no eres un periodista, o sea, ya no teni más pega. ¡Pa la casa!

martes, 7 de octubre de 2008

El medio de los mil millones de reporteros.
Los avances tecnológicos, tal vez sin quererlo, han creado un escenario, han puesto los objetos en sus lugares correspondientes, ubicaron a los actores, acomodaron al público y hasta que finalmente, lo incorporaron a este a ser parte de la actuación.
En 1896, los hermanos Lumiere filmaron el primer rodaje de la historia del cine. Este filme trajo las primeras consecuencias de la relación individuo-tecnología. A penas comenzó a rodar la cinta, las imágenes mostraban una estación de trenes en un comienzo vacías. El público se sorprendía al ver por primera vez imágenes de la vida cotidiana, proyectadas en una pantalla gigante. Sin embargo, apenas se asomó el tren por la pantalla, las personas que habían asistido al cine, entre gritos y desesperación, abandonaron el cine, porque en una de estas, la locomotora los atropellaba.
Los avances de la tecnología nos enseñaron la televisión, el cine, la radio. Luego nos hicieron un poco más partícipes, pues nos explicaron cómo se ocupa un walkman o un reproductor de VHS. Hasta que finalmente, con la llegada de Internet, aprendimos a ser parte de los medios mismos. O sea, ser nosotros mismos quienes informen a otros, a través de anónimos que nos han generado esa información.
“Estamos viviendo un cambio de época donde la transmisión del conocimiento, que tradicionalmente estaba basada casi exclusivamente en los libros y la cultura escrita, empieza a complementarse con nuevos soportes y canales de comunicación debido a la irrupción de las nuevas tecnologías”, dice Javier Celaya, vicepresidente de la Asociación de Revistas Digitales de España (ARDE).
En su libro “Planeta Web 2.0”, Cristóbal Cobo explica 4 líneas fundamentales (Social Networking, Contenidos, Organización Social e Inteligente de la Información y Aplicaciones y Servicios) que explican la relación de la web como medio y la integración del individuo como generador de información.
Estos cuatro puntos explican de qué manera cumplen a cabalidad lo que han intentado ofrecer en la sociedad. Es decir: Conformación de comunidades sociales, los contenidos generados por un usuario, el orden y almacenamiento de la información disponible en la web y servicios de valor añadido al usuario.
Así es como se han creado sitios web, generadores de información, donde participa el público como Yahoo Answers. Este buscador permite encontrar informaciones específicas que han sido respondidas por los mismos usuarios de este medio.
Otro sistema de incorporación del público a los medios es lo que sucede con el portal de Terra, donde se ha creado un espacio llamado Tú Reportero, que incentiva a las personas a dar testimonio a través de grabaciones ya sea con sus celulares, o una cámara de video, de acontecimientos que los grandes medios no han cubierto.
Sistemas de comunidades sociales de información como MSN, Facebook o Flikr son sólo el inicio de la incorporación del individuo a Internet. Es por esto que la web 2.0 está facilitando el sistema de navegación y ha simplificado el orden de su uso para las personas, ya que de alguna forma intenta integrarnos a todos.
Bajo esta premisa es que sin lugar a dudas, la web 2.0 ayudará a todos sus usuarios a crear nuevos avances dentro de Internet.