jueves, 13 de noviembre de 2008



Comunicaciones y tecnología:
La arquitectura de la web: La solución al alcance de un clic

Asediados por la información sospechosa, el desagradable tono de voz de los reportaros de televisión, el extraño uso del lenguaje por parte de los periodistas de medios escritos o la cada vez más menospreciada radio, han logrado ser parte del saturamiento de la información. Eso en cuanto a las comunicaciones.
Ahora, respecto de la tecnología. En un principio empezamos con las escaleras mecánicas, lo que ha derivado en que si vemos una escalera “normal” con muchos peldaños, soltamos un: “puta que paaaaja”. Luego conocimos el control remoto para la televisión. En ese caso, lo que en un principio era pararse a cambiar de canal, como un acto realmente normal, hoy en día, los controles sin pila generan un arrastre esforzado del cuerpo cuyos dedos del pie intentan desesperadamente llegar al botón que cambia de canal. Aunque en el caso excepcional de que tu cuerpo este visiblemente lejos de la tele, soltamos un: “ya que no hay tele, ¿que puedo hacer?”.
No mucho tiempo después nació el “cel”. Resumiéndome, esto significa que si se me acabaron los minutos, no podré juntarme con mis amigos para ir al estadio.

Una vez detectados los problemas, me pregunto: ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá salvarme?

Hace un par de minutos estuvimos con la representante de nuestro Chapulín, Darcy Vergara, quien nos invitó a entrar en su mundo periodístico con un: síganme los buenos.
Según lo que ella dijo, al parecer resulta un milagro la aparición del periodismo digital. Por ejemplo: un periodista recién egresado, que maneje bien la Internet, gana casi el doble que uno que se dedique a trabajar en un medio masivo. El “digital journalist” que lleva buen tiempo en la web, recibe un sueldo de hasta cinco veces mayor que un Pato Jara de El Mercurio –olvidémonos de Sergio Lagos-.
“En un año me ofrecieron 4 veces este tipo de pegas…El mercado pide este tipo de trabajos, ya que no hay mucha competencia”, nos convencía Darvy Vergara.
Otro aspecto milagroso de la web tiene que ver con los clientes y su saturamiento anteriormente descrito. Las personas se encontraran desde hoy día, con un servicio destinado a satisfacer sus necesidades mediáticas. O sea, a través de una arquitectura regular, el usuario podrá ser selectivo en cuanto a lo que quiere leer, escuchar o ver. Nadie está obligado a introducirse en el medio, hoy día, sólo el que quiera lo hace.
Ahora respecto del carácter tecnológico. La arquitectura de la información cumple con las necesidades fisiológicas del humano tecnologizado. Es decir, si en un principio ya no nos tuvimos que parar más para cambiar de canal o nunca más tuvimos que levantar nuestros muslos para subir a un nivel superior. Hoy día nadie tendrá que sufrir de la desagradable sensación de tener que volver a escribir todos sus datos, al momento de inscribirse en un sitio web. Ahora todo el mundo será guiado por un efectivo sistema de navegación, sin tener que darse ninguna molestia. Por estos días ha llegado nuestro salvador: La arquitectura de la web.

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